Por la corona del Miss Mundo, concurso a celebrarse el 18 de agosto en el Dongsheng Fitness Center Stadium de Ciudad de Ordos.

Aunque la joven de 21 años parece una barbie de carne y hueso es una todo terreno y lo deja saber a PANORAMA faltando ocho días para viajar en busca del título que el año pasado ganó la venezolana Ivian Sarcos.

“Soy descomplicada con la comida y tengo la ventaja de tener un paladar muy abierto. Juro que me comería lo que fuera, incluso, soy capaz de comer hasta culebras si me lo ofrecen. Forma parte de la experiencia”, reveló la reina criolla, confesando que también llevará un “contrabando” de barritas energéticas y latas de atún, por si acaso se presenta un inconveniente.

Ferrari viaja el 17 de julio a luchar por traernos otro triunfo en el exterior. Se va con ansiedad, pero sobretodo, con mucho compromiso y fe.

“Ya falta poco. Ha sido un un año de trabajo, de preparación. Estoy tranquila porque voy segura con todo lo que he aprendido; iré enfocada en hacerlo bien, que quiero traerle la corona a mi país. Traerle un nuevo triunfo, un motivo de unión a Venezuela, no tiene precio. En estos días me he sentido más venezolana que nunca porque salir a representar a mi país es un gran orgullo, una emoción, un reto, que h e asumido con mucha felicidad. Salir a un escenario y que digan Venezuela, refiriéndose a mí, es grandioso”, revela Gabriella mientras toma el sol en su casa de Caracas.

Durante estas últimas semanas ha intensificado sus clases de oratoria, inglés, maquillaje, peluquería. “Tengo mi entrenamiento físico. También mi prueba de talento que requiere mucha entrega, y eso lo estamos perfeccionando. El sábado 14 de julio, que es la presentación de las nuevas misses, voy a hacer mi prueba para que toda Venezuela la pueda ver. Voy a bailar en vivo dentro del evento que transmitirá Venevisión”, adelanta.

¿Qué le dirá Osmel?: “Que lo disfrute, y tiene mucha fe en mi”, revela la estudiante de comunicación social, soltando que las palabras del “Zar de la Belleza” la llenan de energía: “A veces lo oigo y dice: Tú puedes ganar, sí se puede. Eso me da aliento porque me hace ver que sí confía en mí. Yo soy exigente conmigo misma y me gusta siempre dar lo mejor”.

Para la miss World Venezuela 2011, “los cambios desde que gané en el certamen nacional han sido positivos. Hay mucha evolución, he madurado bastante. Ahora soy más disciplinada y constante”.

Sobre los trajes que lucirá en el continente asiático, la modelo dijo: “Mi traje típico lo hará Nidal Nouaihed, un maracucho. El vestido final será de Gionni Straccia, pero me llevo también creaciones de Douglas Tapia, y otros de Hugo Espina. Va a estar bien variado el closet. También me llevaré muchas cosas de mi armario personal. Y no puede faltar una medallita de la Virgen de Coromoto, que fue el último obsequio que me hizo mi mamá, y tiene grabada atrás el nombre de toda mi familia. Me la pongo y me siento protegida”.

Gabriella dejó claro que no cambiará su color de cabello. “Lo primero que me dijo Osmel cuando ingresé al Miss Venezuela fue: ‘Que te hagan de todo, pero nunca te cambies el color de pelo porque es muy difícil tener un rubio natural”.

Aunque actualmente una venezolana lleva la banda de miss Mundo, para Ferrari no representa un obstáculo: “Mientras más grande es el reto, más grande será el sabor de la victoria, es complicado ganar, pero voy dispuesta a intentarlo”.

“Tuve la oportunidad de conocer a las miss Mundo venezolanas en el recibimiento de Ivian. Me parece que Pilín León y Susana Duijm son un ejemplo. Astrid Carolina tiene mucha magia, cuando hablas con ella ves algo en su mirada que te quedas enganchado. Jacqueline Aguilera es muy linda, pero con quien más conversé fue con Pilín, me dio muy buenos consejos y los pienso aprovechar todos.

“A mí nada me vence”, continúa la rubia. Y pues, de eso no hay duda. Ya un día tuvo que continuar el show con un tacón partido y bailar como si nada.

¿Cuál es su sello?: “Mi sello es mi personalidad, soy de carácter fuerte, espontánea y donde llego dejo huellas”.

“¿Si gano? Si gano me gustaría que me cantaran ‘Los Amigos Invisibles’ y celebrar con ellos una buena rumba”.